Y cómo me gustaría tener 16 otra vez…
Muchos elegirían volver a tener el tiempo de descansar después
de clases, de tener la libertad de salir, de todos esos primeros, besos,
novios, experiencias nuevas, de todo ese descubrimiento… yo… quiero volver a
tener 16 para vivir el último momento una vez más, sabiendo ahora que sería el
último.
Qué no daría por volverte a ver, por saber que queda poco
tiempo, por sentarme a tu lado a escuchar historias y en vez de pensar “esta ya
me la sé” haría mi mayor esfuerzo por memorizar cada detalle de lo que decías,
por volver a darte aquellos abrazos que me sentía obligada a dar y darlos
con gusto, sintiéndolos… qué no daría yo por volver a estar en tus brazos y
sentirme protegida! Qué no daría yo por saber que ese sería el último y que lo
tengo que aprovechar!
Me encantaría volver a hacer aquel último viaje en familia,
los seis en la camioneta mientras se avecina la tormenta, me encantaría revivir
aquel campamento en que aún estábamos completos, cuando aún estabas ahí.
Poca gente de mi edad entenderá lo que digo, poca gente
tiene esos lamentos… que dicha y que envidia que ellos aún estén completos...
tu partida se llevó una pieza de mí, de mis hermanos, de mamá… no sé si ellos
hayan encontrado cómo llenar ese hueco, pero en mí, aún hace falta… está a
nivel de mi diafragma y está abierta esa herida, se ven hasta las costillas de
aquel pedazo que te llevaste con tu partida.
Este año, son 16 años… eso significa que se cumple la mitad
de mi vida sin ti… a partir de ahora, la mayor parte de mi vida la habré vivido
en tu ausencia… que triste pensamiento!
Tu bien decías que ante la muerte a todos se les olvida al
tercer día, que todos siguen con su vida, pero te faltó explicar que aunque la
vida sigue, nunca es la misma.
Hoy te extraño, como todos los días… pero hoy me duele hasta
los huesos. Te amo Pá… mantengo la esperanza de que la muerte sea una etapa
permanente pero no de ausencia, espero verte otra vez…
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