jueves, 6 de octubre de 2011

A mis abuelos

No tuve la oportunidad de decirte adiós,
de besar tu mano por última vez
sentí tu partida, te sentí pasar,
nunca mas...
¿por qué no despiertas?
¿qué esperas para levantarte?
Te llevo siempre conmigo
tu recuerdo, tu sonrisa
tus manos
tu voz y tu mirada
tus consejos e incluso tus regaños...


Recuerdo que me enseñaste a escribir en cursiva, tenias manos fuertes cuando yo era una niña, en la palma de tu mano abierta escribiste con un lápiz "v", quede impresionada y recuerdo tocar tus duras palmas, te reiste y después esa misma tarde me enseñaste cómo podías girar un trompo con punta de metal en tu mano y en la uña de tu dedo... eras mi héroe!
Aun recuerdo el olor de tierra mojada y macetas de barro de la terraza de aquella tarde... Tita siempre tenía flores hermosas, en macetas por toda la casa decoraban y olían a limpio y fresco y en la cocina en un jarrón alguna enorme rosa... sus favoritas eran las amarillas.
Aun recuerdo el olor de polvo y humedad que había debajo de la mesa del comedor, donde me escondía con mis hermanos antes de la hora de comer... y decidíamos salir cuando llegaba el aroma del pollo horneado que Tita nos preparaba... ensalada de zanahoria y de manzana con pollo horneado, sigue siendo uno de mis favoritos.
Los extraño abuelos... hace muchos años de la partida de Tita... apenas un año de Tito... sé que se reunieron y sé que nos ven y nos acompañan, pero extraño la calma de su casa, las historias de gente que nunca conocí, extraño los aromas, la suavidad del cabello de Tita y verla maquillándose todos los días, y extraño peinar a Tito y jugar haciéndole peinados extravagantes en el poco cabello que le quedaba, tomar sus manos frías y frotarlas para darles calor... escucharlo decir "ay mijita, que Dios te bendiga" y los besos tronados de Tita...


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