miércoles, 18 de abril de 2012
¿Claustrofobia emocional?
Hay
veces que me siento atrapada, atrapada en esta relación, llego a pensar que
habría miles de hombres mejores para mi, que me ofrezcan una relación cientos
de veces menos complicada, con más cosas en común, con ideologías parecidas,
con valores idénticos a los míos, pero eso es una ilusión… los hombres suelen
ser la mitad de lo que dicen ser durante las primeras etapas de una relación,
en cambio, lo que tengo con Alston es real. Y ¿por qué es que digo que es real?
Bueno, fácil, simplemente nunca hubo tiempo para mentir, para ocultar algo,
para enmascarar o maquillar. Desde el día uno supe que era sumamente sensible,
para bien y para mal, desde el día uno supe que era ligeramente depresivo, que
tiende a tener ciclos de tristeza provocada por nada e inducida por todo. Eso
ya lo sabía, no hay nada que no sepa de él, le huelen los pies, tiene
cicatrices por todo el cuerpo que odia, pero a mi me resultan sumamente sexys,
me gusta la cicatriz que tiene en la nalga izquierda, me gusta la gran cicatriz
detrás de su muslo, me encanta tocarlas, tan suaves y a la vez tan masculinas,
son las marcas que el tiempo ha dejado en el y me demuestran que ha vivido, que
no ha pasado su vida encerrado detrás de un escritorio, me gusta lo afilado de
su cadera, la tonacidad de los músculos de sus brazos, sus piernas delgadas,
marcadas y fuertes, me gustan sus gruesos labios, tan suaves… me gustan los
pequeños vellitos que crecen en la orilla de sus orejas, me gustan sus pezones
tan obscuros, me gusta el tacto de su piel tan suave, incluso sus pies fríos
por la noche. Me gusta la forma en que sus brazos son la almohada perfecta y me
gusta como su pecho se pega a mi espalda y embonamos perfecto para dormir en
una cama mas pequeña que una individual, me gustan sus ojos pequeños con sus
tupidas y rizadas pestañas, me gusta esa mirada inocente, esa sonrisa dulce, me
gustan esas manos y espalda de hombre que tiene, me gusta todo, todo de el…
bueno, eso es mentira, no me gusta que es peludo, que cree que la tiene pequeña
porque ha visto demasiado porno de negros, no me gusta que le huelan los pies,
ni me gusta que a veces actúe como niño de 12 años y que tenga que rogarle para
que se meta a bañar, o para que se ponga calcetines limpios… me chocan esas
cosas que me hacen sentir que soy su madre, no su esposa. Pero bueno, a final
de cuentas qué hombre es perfecto, nadie… si yo fuera hombre probablemente
sería mucho peor. Nunca he estado con un hombre que siquiera se acerque a la
perfección, pero he ahí la maravilla del amor; aceptar a alguien tal como es y
amarlo con todo y a pesar de todo, confiar que el universo conspira a nuestro
favor para mantenernos juntos aunque a veces las pruebas indiquen todo lo
contrario.
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