miércoles, 18 de abril de 2012

Realidad


A veces se siente, como si esto no fuera la realidad. Me siento flotando en un sueño, vivir en un barco llega a ser confuso. No me entero de lo que pasa afuera de este mundo. No me entero de lo que pasa en mi familia, en la política, en la religión, en la sociedad, estoy totalmente desconectada de la moda, no sé ni siquiera que canciones tocaron el radio, no sé qué programas de televisión son populares, no se cuáles son las nuevas tendencias, ni siquiera me llegan los chismes de los famosos.
El tiempo se detiene. Ni día a día pierde sentido, no se en qué día vivo, me da igual si es lunes o jueves, es más me da igual si es fin de semana. Para mí hay día de embarcación, días de puerto, y días en el mar. Nada más tiene sentido.

Llego a casa un par de veces al año, me doy cuenta de cuánto han crecido mis sobrinos, que el regalo que les compre ya no les queda, que su caricatura favorita ya no es la misma. Creo que mis compañeros de la universidad avanzan, compran casas, compran carros, se endeudan con sus tarjetas de crédito, piden una realidad que no se parece a la mía, parece que sus vidas fueron sacadas de una película. A veces me dan envidia, mis pertenencias caben en una maleta.

Mi vida se ha congelado en este barco, no hay fecha para boda, nueve dinero para casa, no estabilidad para siquiera pedir un crédito, no estoy en mi país, ni siquiera puedo decir que estoy en otro país, sigo las leyes de todos lados, Bahamas, Noruega, Estados Unidos, y la de cualquier otro país que pise. 

Me frustra saber que no puedo ahorrar para la boda por la situación familiar de mi novio, la extrema pobreza, las enfermedades e imprevistos familiares lo mantienen en ceros, y yo no quiero ser la única aportando a nuestro futuro. Necesito que el empiece a ahorrar también, pero no sé como, no tengo cabeza, ni corazón… ni debería tener siquiera el pensamiento que tengo de pedirle que ahorre la mitad de su dinero, porque sé que todo lo envía a casa o lo gasta en cosas que el y yo hacemos juntos, de vez en cuando se da el lujo de comprarse algún electrónico o juego.

Me gustaría que la realidad fuera diferente, anoche tenía tantas dudas, incluso consideraba si ALLY es lo mejor para mi o no, que todo sería mucho mas sencillo si encontrara a alguien de mi misma clase socioeconómica, con mi misma cultura para formar una familia, para poder comprar una casa, y así ninguno tendría que sacrificar el estar con la familia, ambos podríamos ver a nuestros familiares cuando queramos, no me preocuparía el tema de la discriminación, ni el idioma, ni me sentiría culpable porque sé que nuestros hijos no verán seguido a sus abuelas. No quiero pensar en estas cosas, amo a Alston y sé que no hay nadie que me pueda amar de la misma forma que el lo hace, pensar en una vida lejos de el me parte y me llena de lagrimas. Pero no puedo evitar desear que las cosas fueran más sencillas.

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