Es ver tu foto y sentir que me muero –te extraño y me seco lentamente- tu mirada tan fija en la mía, no me deja tranquila un segundo y rompo en llanto cuando apago la luz.
Al mirarte en mi cuarto, a mi lado en las fotos que he colgado, me doy cuenta que sólo me engaño y te engaño con un maniquí.
Es cierto… tiene todo lo que tu no, alto, moreno y atlético, buen hijo, excelente estudiante, cabello crispado y mirada de niño, pero extraño esos ojos tan verdes, esos chistes y sueños contigo.
Lo he cambiado por rosas y cartas, por detalles que antes no importaban.
He cambiado la mano que sostengo, pero no cambia eso mis sentimientos. Y te amo y siempre te he amado. No se qué me has hecho, tal vez hechizado, pues prefiero contigo en la calle, que en un jate de lujo a su lado.
Y me doy cuenta que no te he olvidado, que cuando me besa todavía pienso en ti. Que me gustan más tus besos y me gusta más tu cuerpo, que de ese perfecto maniquí.
Y aunque con el todo es más sencillo –mi familia y amigos lo aprueban- con su futuro brillante y buenos modales, nunca será lo que tu has sido en mi,
Lo malo es que el me cree a mi perfecta y tu poco a poco me vas olvidando.
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